Este edificio fue mandado edificar por el
naviero vasco Manuel Larrinaga, que contrato al arquitecto
Félix Navarro, uno de los más prestigiosos de la época. El proyecto es del año
1901 e iba a ser un regalo para su hijo, que se había casado con la joven Asunción Clavero, de la localidad turolense de
Albalate del Arzobispo. La pareja nunca habitó aquí, porque vivían en
Liverpool
y tenían dos residencias de vacaciones en San Sebastián y Málaga. Su
objetivo era retirarse aquí, pero ella murió en 1939 y él perdió interés
por la casa, poniéndola en venta. La compró Giesa, que construyó su
fábrica en los terrenos adyacentes (se conserva, con el nombre de
Schindler) e instaló sus oficinas en la casa. Pronto se la vendió a los
Marianistas, convirtiéndose entonces en un colegio hasta que a su vez
también construyeron un edificio nuevo en la parte de atrás. Finalmente
la compró Ibercaja, su actual propietaria, que la restauró.
La decoración del inmueble alude al mar y al comercio marítimo,
ocupación de los Larrinaga. Los materiales usados son específicamente
aragoneses:
piedra,
ladrillo y
cerámica.